viernes, 4 de diciembre de 2009
El Balaguer recupera el alero de su cubierta
Se han aplicado técnicas artesanales a la vez que el resto de la primera fase de la reforma avanza en los accesos y en el patio interior
LOURDES DURÁN. PALMA. Se ha hecho la luz en el Casal Balaguer. La sustitución de la cubierta del edificio histórico, clave en la primera fase de la reforma, es un hecho. Donde antes había oscuridad, ahora, gracias a los lucernarios ganados al techo, un total de ocho, se cuela la luz cenital. El visitante vislumbra el futuro del edificio municipal cuando asuma sus funciones de centro cultural. Sólo que habrá que esperar. Lo que sí es una realidad es la recuperación del alero de la cubierta.
"Si se están aplicando métodos artesanales de reconstrucción en determinados elementos del edificio, en el voladizo es donde se está haciendo un auténtico trabajo de filigrana", comenta Antonio Llorente, de la UTE Contratas Bartolomé Ramón y la empresa Restaurotec. Para ello, los operarios han recuperado la madera original que estaba en buen estado y la han sumado a la madera maciza, concretamente de abeto alemán. "Estamos reutilizando madera del siglo XVII, que se ha conservado por su alta calidad. Procedía de Oregón. Así se atestigua en los sellos", cuenta la arquitecta Eva Prats.
Ella, junto a Francesc Pizà, Sè Duch y Ricardo Flores, firman el proyecto de reforma que ganó el concurso con un proyecto que fue aprobado siete años atrás. La reforma del Casal Balaguer ha sido demorada por desacuerdos entre los anteriores inquilinos, el Círculo de Bellas Artes, saldado con la firma según la cual, el Ayuntamiento condonó la deuda de este centro cultural a cambio de su salida del edificio. Con el dinero procedente del Fons Estatal de Inversión Local, 2.000.000 de euros, se está llevando a cabo la primera fase de la reforma con carácter de urgencia. De ahí que se haya iniciado por el tejado. Peligraba el derrumbe de su cubierta.
Asimismo, gracias a la intervención en la cubierta se han ganado espacios en los porches que serán aprovechados para los usos culturales del edificio.
El otro talón de Aquiles de la reforma son los accesos. Se está construyendo una nueva escalera ya que la que había antes sólo daba acceso a la planta noble.
Una de las operaciones más difíciles tiene lugar en el patio del Balaguer, revestido de andamios. Se trata de apuntalar los arcos a través de unos fundamentos hechos con pilotes a deiciséis metros de profundidad ya que los que se hicieron en la reforma del XVIII no contaban con cimientos. "Mantener al aire los arcos es muy díficil", señala Eva Prats. Cuenta Francesc Pizà que dos albañiles de Marruecos "con un martillo apenas", empezaron a trabajar la madera "para calzar los arcos y vigas. ¡Increíble!".
La cubierta del tejado a dos aguas se servirá de las tejas existentes que han sido recuperadas, y las nuevas quedarán colocadas por debajo. El Balaguer se quitó el sombrero en primavera. En Navidad se lo vuelve a poner. Restaurado.
(De Diario de Mallorca)
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